Cómo lograr una política para la donación de sangre más justa

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6 de Diciembre, 2016
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Scott Schoettes, abogado de Lambda Legal

El gobierno federal finalmente está considerando una política sobre la donación de sangre que de verdad no sea discriminatoria.

La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) anunció en julio que quería recibir comentarios sobre la posibilidad de cambiar regla que prohíbe que los hombres que hayan tenido sexo durante el pasado año con hombres puedan donar sangre. La idea sería cambiar de esta prohibición a una evaluación de riesgo individualizada para determinar la elegibilidad del donante.

En Lambda Legal, llevamos años luchando por la idea de evaluar individualmente a cada posible donante.

Son buenas noticias saber que la FDA está explorando la posibilidad de evitar la discriminación y garantizar –tal vez, mejorar– la seguridad de los suministros de sangre.

A fines de noviembre, Lambda Legal sometió sus comentarios junto a otras organizaciones, en respuesta a la FDA.

Nuestros comentarios

La evaluación de actividades que el posible donante haya llevado a cabo y que presenten un riesgo significativo a la transmisión de VIH. Por ejemplo, el sexo anal receptivo sin condón y un periodo de espera mucho más corto basado en pruebas que detectan el VIH y otros patógenos de la sangre solo a semanas después de haber sido expuesto.

Debido a que los científicos saben con precisión el nivel de riesgo con presentado por diferentes actividades, la FDA podría determinar el lugar preciso de riesgo dentro de una amplia gama.

Una política que no discrimine y que cree un suministro de sangre más seguro es algo en lo que todos podemos estar de acuerdo.

Importante además es que la elegibilidad estaría determinada solo por información que el donante ya sabría y su participación en actividades que los científicos médicos reconocen como un riesgo significativo de transmisión. Por ejemplo, ¿tuve sexo anal receptivo? ¿Usé un condón?

Una política de donación como esta no requiere preguntar sobre el sexo o identidad de género de las parejas sexuales de una persona ni si existe la percepción de monogamia en una relación.

Esto además resultaría en un periodo de espero para los donantes heterosexuales que sí hayan llevado actividades que presentan el riesgo de transmisión. La política que existe al momento no se enfoca en esto sino en hombre gay y bisexuales.

La propuesta de Lambda Legal también resultaría en un periodo de espera –aunque mucho más corto– para un número significativo de donantes gay y bisexuales.

Dentro de la comunidad LGBT y las exigencias de que se cambie la política sobre donación de sangre, hay que reconocer que aún no hay un método de garantizar la seguridad de los suministros de sangre sin excluir a una cantidad desproporcionada de hombres gay y bisexuales que al momento tienen sexo.

Decimos que “aún no hay un método” porque está en desarrollo un proceso para eliminar patógenos de sangre donada, aunque este proceso tomaría años antes de ser aprobado y utilizado.

Lo importante, sin embargo, es que tengamos una política enfocada en conductas y no en identidad y que no sea discriminatoria por lo tanto.

Una política que no discrimine y que cree un suministro de sangre más seguro es algo en lo que todos podemos estar de acuerdo.

Aunque la FDA inicialmente propuso cambiar a esta evaluación individualizada bajo la administración de Obama, no hay razón alguna para que dicha propuesta no sea aprobada bajo la administración de Trump.

La FDA se enorgullece en tomar decisiones basadas en lo que la ciencia dice. Y la ciencia claramente apunta a una política basada en conducta sin importar la orientación sexual o identidad de género.

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