A un año de la masacre de Pulse, no te atrevas a venir por uno de nosotros

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12 de Junio, 2017
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“Esta es la primera vez que me dirijo a ustedes como CEO, y me hubiera gustado que fuese sobre cualquier otro asunto”.

Escribí esas palabras hace un año, un domingo en la mañana, sentada en el pasillo afuera del recital de danza de mi hijo. Los emails y mensajes de texto iluminaban mi teléfono mientras buscaba información y discutía con mis nuevos colegas lo que había ocurrido”.

Lo que salió a relucir durante las próximas horas, días y semanas fue una historia horrible y, a su vez, una reacción devastadora.

Fue el peor tipo de odio que existe en este país, el odio del otro, el cual se manifiesta cuando se usa a alguien como chivo expiatorio de aquellos que ya han sido condenados. Cuando se crea una excusa para la intolerancia.

La gente conservadora usó la masacre con ansias y así repetir ideas en contra de los musulmanes. En ocasiones ni siquiera mencionaron que la mayoría de las 49 víctimas asesinadas en el club Pulse eran gay, queer y transgénero.

Pero así fue, y es importante recordar que sí eran LGBTQ, que la mayoría eran latinos y afro-latinos, y que más de la mitad eran puertorriqueños.

Que un club gay, que se supone sea un espacio seguro para minorías LGBTQ, fuera invadido de una manera tan terrible fue agonizante.

Y que nuestro dolor fuera usado para hacer comentarios racistas fue más que ofensivo.

El resto de esta columna, en inglés, está disponible en Medium

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